
Hamed Liazid, de nuevo al frente de esta mezquita.
El anuncio de retirada de Hamed Liazid al frente de la mezquita Sidi Embarek cayó como un jarro de agua fría sobre los musulmanes y la ciudadanía ceutí en general. Desde noviembre, el colectivo aún no se había recuperado del “profundo vacío dejado por el profesol”, reconoce Abdelatif Lemagui, secretario de la junta directiva de la Comunidad de la Mezquita Sidi Embarek, con resolución favorable del Ministerio de Justicia y elegida el 24 de noviembre de 2009, fechó Karim Alí, secretario adjunto de la “única representante legal” del templo.
Después de reflexionar sobre su retorno a Sidi Embarek, Liazid se decantó por aceptar la propuesta pero, por voluntad propia, será como imam principal y responsable de las cuestiones religiosas y del calendario de actividades. Yalila Liazid, en nombre de su padre, destacó que vuelve “por quienes solicitaron su vuelta y por Ceuta” además de con la propuesta de que la comunidad musulmana debe “asumir su responsabilidad y abrir un diálogo interno” para “promover iniciativas de entendimiento tanto dentro del colectivo como con el resto de comunidades religiosas y culturales”. El imam manifestó su intención de que se asuma la “convivencia y la armonía como principios fundamentales de la singularidad de la ciudad” y recibió la postura común con “emoción”. El presidente de la UCIDCE valoró que Liazid aceptara la proposición y agradeció su contribución al islam basado en la tolerancia y la convivencia que siempre ha profesado.
Alí señaló que la figura de Liazid es necesaria para la “estabilidad de la mezquita principal de Ceuta”, a la cual considera “especial porque es un punto de encuentro para el conjunto de los musulmanes y no sólo de su entorno”. Por su parte, Lemagui insistió en que es necesario un “representante religioso cualificado y éste es Liazid, una entidad en la ciudad y que defiende su tierra”.